Amigos y admiradores se reunieron en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) para dialogar sobre la vida y obra de la intelectual, a quien se le deben algunos de los textos más memorables de la segunda mitad del siglo XX, dijo el investigador Roberto Méndez.
En su intervención en la sala Villena de esa institución, se refirió a Fina como una voz propia y absoluta de la literatura cubana, destacó el sitio oficial de la Uneac en la red social Twitter.
El escritor y poeta resaltó su capacidad para de cualquier género hacer poesía y reflexionar sobre ella, así como la impronta de su poética personal en los ensayos que escribió.
En un encuentro anterior, también a propósito de su aniversario 100, Méndez llamó la atención sobre cómo algunas personas, en ocasiones, vieron a Fina como la colaboradora de su esposo Cintio Vitier, uno de los grandes escritores cubanos, sin embargo, ella era poseedora de una importante y reconocida obra literaria.
Manifestó que el motivo de tal situación tenía que ver con su propia timidez, pero aseguró que más allá del amor, Cintio admiraba y respetaba a Fina por su propio trabajo, desde sus primeros textos para la revista Orígenes.
El investigador comentó esa capacidad que tuvo ella para mover su letra entre lo humano y lo divino, aterrizando su pluma en los más cotidiano y terrenal, aunque le esté cantando a lo extraordinario desde su fe cristiana, desde su sencillez.
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