El equipo salió con éxito al cosmos desde la sureña provincia de Hainan, nueve días después de aplazarse la operación por motivos técnicos, indicó la Agencia de Viajes Espaciales Tripulados.
La nave y el cohete portador Gran Marcha-7 Y3 desde el pasado día 16 estuvieron bajo un proceso de pruebas y verificaciones a fin de garantizar la seguridad de la maniobra.
Según lo programado, debe acoplarse con el módulo central de la estación, lanzado recientemente.
China prevé completar la unidad a finales de 2022, pero de conjunto enviará al menos 10 misiones para adiestrarse en el ensamblaje y construcción en órbita de naves espaciales complejas y grandes, así como en la realización de vuelos tripulados de larga duración cerca de la Tierra y de experimentos a gran escala.
Esa instalación estará en capacidad de garantizar la estancia de tres astronautas hasta un período máximo de 33 días y dispondrá de sistemas de soporte vital renovable.
Por ejemplo, el vapor de agua exhalado por los ocupantes será recuperado por condensación, mientras la orina será reciclada y purificada para luego usarse como agua potable y corriente.
La estación operará en la órbita terrestre baja a una altitud de entre 340 y 450 kilómetros, mientras su vida útil está diseñada para 10 años.
Sin embargo, los expertos creen que podrá durar más de 15 años con mantenimiento y reparaciones adecuadas.
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