Este fin de semana la coalición presidencial senegalesa acusó a la oposición de desestabilizar el país tras los disturbios desatados desde el jueves pasado por la condena al político opositor Ousmane Sonko a dos años de prisión, que han dejado al menos 15 muertos, según fuentes oficiales.
«Hoy, más que nunca, el pueblo de Senegal está de pie. Estoy hablando de los verdaderos senegaleses. No estoy hablando de esos senegaleses que querían avivar las llamas, desestabilizar el país, huir del país y desaparecer en en el aire… esas son personas irresponsables….llamaron al colapso del Estado», denunció el Ministro de Turismo, Mame Mbaye Niang.
Organismos internacionales y regionales alertaron la víspera sobre la situación en esta nación africana, considerada un ejemplo de estabilidad regional, que ha logrado sobrevivir a las oleadas de golpe de Estado que han sacudido a sus vecinos.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, condenó la violencia e instó a todos los involucrados a actuar con moderación.
La Unión Africana, por su parte, condenó enérgicamente esos actos e instó a los líderes a evitar acciones que «empañan el rostro de la democracia senegalesa, de la que África siempre ha estado orgullosa», y la Comunidad de Estados de África Occidental pidió a todas las partes que «defiendan la loable reputación del país como bastión de la paz y la estabilidad».
Sonko fue condenado en ausencia, por corromper a una joven y aún no está bajo custodia, analistas consideran que su detención probablemente provoque más tensiones, pues según el código electoral, podría dejarlo inelegible para las elecciones del próximo año.
El controvertido político fue arrestado inicialmente en 2021, acusado de violación y de amenazar a muerte a una empleada de un salón de belleza, pero el tribunal lo absolvió entonces de esos cargos.
Mientras, el país vive una violencia política no vista en años, desde el pasado jueves que se reportaron enfrentamientos esporádicos en la capital y soldados desplegados en las calles.
Por otro lado, el gobierno reconoció que restringió el acceso a redes sociales como Facebook, WhatsApp y Twitter para frenar la difusión de mensajes de odio y subversivos, lo cual se ha convertido en otro detonante y blanco de las críticas de organizaciones internacionales. jha/ycv