Tras la disolución de la cámara hace un año por acusaciones de corrupción y en una tensa situación nacional, cerca de 900 mil electores de este país de África occidental están convocados este domingo a las urnas en los más de tres mil 500 colegios electorales abiertos en todo el territorio nacional.
Un total de veinte partidos y dos coaliciones compiten por la mayoría parlamentaria que determinará, según la ley del país, quién es el primer ministro y jefe del Gobierno.
Entre ellos destacan el Movimiento para la Alternancia y la Democracia (Madem G-15), al cual pertenece el actual presidente, Umaro Sissoco Embaló, y el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (Paigc), gobernante hasta los comicios presidenciales de finales de 2019 y que lidera una coalición en estos sufragios.
Según la Comisión Nacional Electoral (CNE), más 200 observadores internacionales supervisan la votación, incluyendo los equipos enviados por la Unión Africana (UA), la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) y la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), entre otros.
Los comicios, que debían celebrarse inicialmente el pasado 18 de diciembre pero fueron pospuestos, tienen lugar después que Embaló disolviera la Asamblea Nacional Popular hace más de un año, a mediados de mayo de 2022.
Guinea-Bissau, que ha sufrido numerosos levantamientos militares y cuatro golpes de Estado exitosos desde su independencia de Portugal (declarada en 1973 y reconocida en 1974), se encuentra inmersa en una inestabilidad política desde 2015, con la destitución de siete primeros ministros.
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