Esa nota refleja que el alza de ese indicador tiene que continuar porque no hay signos todavía de que la inflación está reduciéndose de forma duradera, aunque los bancos centrales deben vigilar los efectos financieros por los posibles riesgos de esos aumentos.
Se trata de un mensaje repetido este miércoles por el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, y por la economista jefe, Clare Lombardelli, en la presentación del informe semestral de Perspectivas en París, Francia, y repetido en varias capitales europeas.
Señaló que la política monetaria tiene que seguir siendo restrictiva, cuando esperan que la inflación en el conjunto de la OCDE se reduzca del 9,4 por ciento de media en 2022 al 6,6 en 2023. Para 2024 la proyección es del 4,3 por ciento.
En cualquier caso, las proyecciones de inflación están por encima de los objetivos que se fijan los bancos centrales y son más elevadas de las que hacía hace unos meses la propia OCDE.
La Organización es un organismo de cooperación internacional compuesto por 38 estados, cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales. La OCDE fue fundada en 1961 y su sede central se encuentra en el Château de la Muette en París.
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