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Soberanía alimentaria, un reto ayer, hoy y mañana para África

Addis Abeba (Prensa Latina) Con todas las condiciones para ser una potencia económica mundial, África trabaja actualmente en el manejo de sus recursos naturales para fortalecer industrias, generar empleos, sustituir importaciones y lograr su soberanía alimentaria.

Por Nara Romero Rams

Corresponsal jefa de Prensa Latina en Etiopía

Los líderes del continente visualizaron esas aspiraciones el 11 de julio de 2003 en la Declaración de Maputo, capital de Mozambique, un documento que abordó la eliminación de la pobreza, la seguridad alimentaria y la nutrición.

En entrevista con Prensa Latina, la Comisionada Agricultura, Desarrollo Rural, Economía Azul y Medio Ambiente Sostenible de la Unión Africana (UA), Josefa Sacko, recordó que esa declaración reflejaba los Objetivos del Milenio.

Esa decisión fue plan común o guion para transformar la agricultura en África para acabar con el hambre y la miseria en el continente.

Un desafío en aquellos momentos y todavía en el presente, explicó Sacko, es la inversión en el sector.

“El Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) aplicaban políticas impopulares y vieron los productos estratégicos para acabar con el apoyo a los pequeños agricultores”, al recordar la fundación de la entonces Organización de la Unidad Africana en 1963.

Pese a la inexistencia de algún beneficio para los países africanos, era la condición que ponían el BM y el FMI para dar financiamiento. Ese es el motivo de la miseria de África desde 1990 cuando se declaró la globalización, reconoció.

GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA, MÁS POBREZA PARA ÁFRICA

La comisionada de la UA explicó que la globalización no fue bien acompañada en el continente, a partir de su experiencia como exsecretaria general de la Organización Interafricana del Café, considerada una comunidad muy importante para el desarrollo de las economías africanas.

Precisó que 25 países de la región dependían de esa especulación para su desenvolvimiento cuando esas instituciones internacionales vinieron con medidas inaceptables.

“Países como Costa de Marfil, Comoras, Kenya, Uganda y Etiopía, que son los primeros productores de café en África, no estuvieron de acuerdo con esas medidas, porque no hubo acompañamiento”, enfatizó.

Recordó que los representantes africanos que participaron en esas discusiones no fueron muy exigentes a la hora de negociar y decir no queremos liberalización, ni privatización de nuestra economía y trabajar para no afectar a la mayoría de la población.

Los campesinos se vieron abandonados y ya en ese tiempo había cambio climático, lo que no se hablaba mucho sobre el tema, agregó.

Hoy sabemos que uno de los efectos de la crisis climática es la sequía que afecta el África subsahariana y también provoca hambre y desnutrición en esos países.

Como parte de las negociaciones con el Banco Mundial para financiamientos que pudieran contrarrestar esa situación, se designaron por primera vez 2.3 mil millones de dólares para un sistema alimentario resiliente, una buena conquista de esas negociaciones.

“El Banco Mundial también nos pertenece, nosotros como miembros de la Unión Africana debemos implementar programas para beneficios de los pueblos”, subrayó la comisionada, al tiempo que advirtió que los intereses de préstamos para África son difíciles de pagar para algunos países.

Reveló que estos últimos son de siete por ciento cuando hay estados que su tasa de crecimiento es de dos puntos porcentuales ¿Cuándo van a pagar eso?, preguntó.

La Declaración de Maputo estableció la necesidad de inversiones de 10 por ciento en la agricultura y garantizar la seguridad alimentaria, una tarea que continúa pendiente y un desafío institucional incumplido por los Estados.

“Ese es el problema de África, los problemas están identificados, las soluciones están identificadas, lo que falta es implementarlas, así como los compromisos de nuestros gobiernos. Unos dicen que no tienen 10 por ciento para invertir en la agricultura, pero si eso pasara, nuestros problemas se solucionarían”, enfatizó.

Unión regional y desafíos

Para Josefa Sacko es fundamental el trabajo con políticas regionales junto a organizaciones como la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo para evitar multiplicación de políticas y si una sinergia en las legislaciones, un solo lenguaje.

Como estructura de la UA, emitimos tres reportes cada año en los cuales reconocimos que no avanzó desde la Declaración de Maputo y después llegó en 2013 la Declaración de Malabo, Guinea Ecuatorial, en la cual se agregaron más compromisos.

Esta última, reiteró la inversión en Agricultura, acabar con la pobreza, triplicar el comercio interafricano (un adelanto de lo que actualmente es la Zona de Libre Comercio Continental), resiliencia climática ante la dependencia de las temporadas de lluvias y el no poder contar los pequeños agricultores con sistemas de irrigación y acceso a la mecanización.

“Debido al cambio climático las lluvias no son constantes, también la resiliencia en la producción está plasmada. El ciclón Aida devastó la producción de arroz de Malawi y si contamos con programas resilientes podemos minimizar las afectaciones por eventos climatológicos”, reflexionó.

Con la Declaración de Malabo también establecimos la contabilidad para ver cuánto hemos progresado, afirmó.

Recordó que África no estuvo ajena a la pandemia de la Covid-19 que, junto a las consecuencias del conflicto Rusia-Ucrania se exacerbaron aún más los problemas en el continente.

Del cambio climático, solo emitimos menos de cuatro por ciento de gases contaminantes, sin embargo, el continente es el más afectado por sus efectos y por la falta de inversiones en esas áreas.

Sobre ese tema, felicitó a la COP27 que por primera vez analizó los problemas de la agricultura dentro de la temática ambiental

Según Sacko, África presentó 40 compromisos para la implementación del Acuerdo de París y por falta de inversión no son un continente industrializado. Nuestras metas: acabar con las guerras, el hambre y avanzar.

Destacó la implementación de programas amigables con la Naturaleza, crecimiento verde porque en muchas zonas rurales no hay electricidad para acompañar el acceso a internet, de ahí que dentro de la Unión Africana trabajamos cada estructura para solucionar los problemas identificados.

“Con los agroparques, una iniciativa de este departamento, por ejemplo, en África del Norte es fuerte la producción de vegetales y frutas y podría ser un hub en ese renglón con vista a la Zona de Libre Comercio Continental”.

Enumeró que en la parte occidental del continente, donde el arroz es alimento básico de la población, podrán cosechar el cereal, mientras que África central sería un hub productor de yuca y en la parte austral desarrollar la ganadería. Los países del cuerno africano sobresalen con los cereales, así tendríamos los cinco alimentos básicos.

Resaltó que con esa estrategia se favorecería la exportación, intercambios comerciales, programas para empoderar a las mujeres dentro del sector con el acceso a la mecanización, irrigación y otras tecnologías que puedan facilitar su trabajo.

De igual modo, recordó que cuentan con centros de investigación de excelencia y no precisan de otros fuera del continente. Para intercambios de tecnologías y de experiencias estamos abiertos, pero ningún país puede importar vacunas para el ganado, porque tenemos la nuestra para erradicar la fiebre bovina producida por un centro con certificado ISO de calidad.

Una iniciativa de esa comisión es el Programa General para el Desarrollo de la Agricultura en África (Caadp, por sus siglas en inglés), de conjunto con agencias internacionales para aumentar la producción de alimentos y su accesibilidad.

De ese modo, enfatizó, el continente pueda alimentarse, exportar y reducir las crisis alimentarias causadas por la sequía y otros desastres, todos ellos relacionados con el cambio climático.

A través del Caadp, la Comisión busca la generación y difusión de conocimientos, innovación y tecnología para la transformación de la agricultura, incluida la promoción de medidas para el desarrollo de infraestructuras rurales y la adición de valor.

arc/nmr

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