Con ese anuncio se confirmó que los calores en la superficie de esas grandes masas de agua marina alcanzaron niveles récord, pues la temperatura media para todos los mares libres de hielo en mayo fue superior a la de cualquier otro.
Esto último se basa en los análisis por computadoras generados a partir de miles de millones de mediciones procedentes de los satélites, barcos, aviones y estaciones meteorológicas en todo el mundo.
Copernicus también precisó en relación con la temperatura del conjunto del planeta que mayo fue el segundo más caluroso de los medidos, en tanto la señal de El Niño continúa emergiendo en el Pacífico ecuatorial, añadió Burgess.
El Niño es un fenómeno climático natural generalmente asociado a un aumento de las temperaturas, una sequía acentuada en algunas partes del planeta y fuertes lluvias en otras.
Apareció por última vez en 2018-2019 y dejó su lugar por un período de casi tres años a La Niña, que provoca los efectos inversos, entre ellos, bajas temperaturas.
Para la Organización Meteorológica Mundial hay un 60 por ciento de probabilidades de que El Niño se desarrolle antes de finales de julio y un 80 por ciento antes de terminar septiembre.
Dicho fenómeno junto con el impacto de los gases de efecto invernadero pueden provocar que el periodo 2023-2027 sea el más caluroso jamás registrado, según este organismo.
Copernicus es el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea que vigila al planeta y su medio ambiente, y ofrece servicios de información basados en datos obtenidos por satélite e in situ (no espaciales).
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