Según el Centro nacional de Control y Prevención de Enfermedades, en ambos casos los afectados fueron ancianos con un promedio de 79,3 años de edad y patologías permanentes como diabetes e hipertensión, entre otras.
Añadió que tantos esos datos como la cantidad de personas que acudieron a las clínicas de fiebre fueron superiores a los de abril.
Desde mayo varias regiones de China, incluido esta capital, implementaron medidas sanitarias para lidiar con el aumento de enfermos de Covid-19 en medio de un fuerte rebrote y redoblaron la vigilancia en escuelas, hospitales y otros lugares considerados más susceptibles a la propagación rápida del coronavirus SARS-CoV-2.
Los expertos urgen a la población a vacunarse, mantener la higiene, reposar y tratarse en casa cualquier malestar respiratorio.
Insisten también en usar las mascarillas faciales, especialmente, en lugares concurridos y cerrados.
Según los pronósticos, China tendrá un pico de afectados hacia finales de junio y se espera un promedio de 65 millones de nuevos contagios a la semana, mayormente con la variante Ómicron XBB del coronavirus.
El incremento de casos de Covid-19 coincide con las previsiones sobre la pérdida de inmunidad colectiva cerca del verano, luego que el país en febrero pasado declaró el fin de la oleada más severa desde 2020, con saldo de miles de muertos y alrededor del 85 por ciento de la población infectada.
En ese contexto, China comenzó a aplicar su primera vacuna de factura nacional creada con la tecnología mRNA –similar a la Pfizer- y diseñada específicamente para evitar contagios con la Ómicron.
El programa de inoculación arrancó por la norteña provincia de Hebei, se extenderá paulatinamente hacia el resto del país y se utiliza como refuerzo a las personas previamente inmunizadas con doble dosis de otros preparados.
Las autoridades la recomiendan porque ayuda a fortalecer el sistema inmune, sin provocar reacciones adversas.
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