Según una nueva declaración científica publicada en Journal of the American Heart Association los estudios de población a gran escala indican que incluso la exposición de bajo nivel a metales contaminantes es casi universal y contribuye a la carga de enfermedades cardiovasculares.
Entre ellas, resaltan los ataques cardíacos y cerebrales, enfermedades de las arterias en las piernas y muerte prematura por causas cardíacas.
De acuerdo con los expertos, tras la exposición el plomo y el cadmio se acumulan en el organismo y permanecen en los huesos y órganos durante décadas.
Solo en Estados Unidos un estudio importante sugirió que más de 450 mil muertes anuales podrían atribuirse a la exposición al plomo.
Con mayor frecuencia, la exposición a metales contaminantes ocurre de manera involuntaria, durante las actividades de la vida cotidiana.
El plomo se puede encontrar en una variedad de artículos, como la pintura en casas antiguas, productos derivados del tabaco, alimentos contaminados, tuberías de agua, especias, cosméticos, dispositivos electrónicos y emisiones industriales.
El cadmio se encuentra en baterías de níquel-cadmio, pigmentos, plástico, cerámica y cristalería y productos derivados de la construcción.
Los fertilizantes producidos a escala industrial utilizan roca fosfórica que naturalmente tiene alto contenido de cadmio, que posteriormente contamina los tubérculos y las plantas de hojas verdes, incluido el tabaco.
La exposición al arsénico se produce principalmente a través del agua subterránea, lo que afecta el agua potable, el suelo y los alimentos cultivados en terreno contaminado.
En particular, el arsénico se acumula en el arroz en mayor medida que en otros cultivos alimentarios.
Si bien la exposición y el riesgo tienen lugar en diversas poblaciones, independientemente del nivel socioeconómico, algunas personas experimentan una mayor exposición a metales tóxicos, según la declaración.
El riesgo de exposición es superior para quienes viven en zonas más cercanas a carreteras principales, fuentes industriales y vertederos de residuos peligrosos, residen en casas más antiguas o en áreas donde las reglamentaciones ambientales se aplican de manera deficiente.
Los científicos afirman que abordar la exposición a metales en estas poblaciones puede brindar una estrategia para reducir las disparidades en las enfermedades cardiovasculares y promover la justicia ambiental.
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