Los datos, difundidos por el boletín estadístico Ocupación informal, implican que al menos seis de cada 10 personas empleadas aquí no trabajan por las vías formales. En 2022, la proporción de trabajadores en esa situación con respecto al total de ocupados fue de 63 por ciento.
El boletín publicado por el INE se valió de información de la Encuesta Permanente de Hogares Continua 2022, donde destaca que personas del sector no agropecuario, que viven en áreas rurales, son las más afectadas, con un 80 por ciento en esa condición.
Desde la perspectiva de género, se observa una preponderancia de las mujeres en situación de informalidad, con el 65,2 por ciento, en comparación con el 61,3 por ciento de varones. No obstante, en términos absolutos, los hombres registran mayor presencia en esta situación laboral.
Los más afectados por ese flagelo son los jóvenes y los adultos mayores. Las personas entre 15 y 19 años presentaron en 2022 un 90 por ciento de informalidad en sus empleos; mientras que en el grupo etario de 65 años y más esa cifra rondaba el 70 por ciento.
En materia de ingresos, los trabajadores con retribuciones inferiores al salario mínimo son el grupo más afectado. Las actividades más propensas a esa condición en 2022 fueron la construcción (82,6 por ciento); el comercio, los restaurantes y hoteles (69,5 por ciento) y las industrias manufactureras (55,7 por ciento).
En Paraguay la definición de ocupación informal se basa en las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), adaptadas a la realidad y circunstancias del país.
De ese modo, se consideran ocupados informales a aquellos trabajadores independientes que no están inscriptos en el Registro Único de Contribuyentes (RUC) del Ministerio de Hacienda y a los trabajadores dependientes que no aportan a ningún sistema de jubilación o pensión.
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