Durante una ceremonia en el Ministerio de Salud, Bolsonaro comunicó que los gobernadores del Distrito Federal (DF), Río de Janeiro, Mato Grosso do Sul, Goiás y ‘un quinto que llegó un poco tarde’ aceptaron recibir juegos de la competencia.
Tras el anuncio del mandatario, en la red social Twitter el ministro de la Casa Civil (gabinete), Luiz Eduardo Ramos, aseguró que habrá cuatro sedes: DF, Río, Mato Grosso y Goiás.
El personal de la Casa Civil confirmó Mato Grosso como sede y no Mato Grosso do Sul, como mencionó el gobernante.
La víspera, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) anunció que Brasil acogería la competición y agradeció a Bolsonaro por ‘abrir las puertas’ del país.
Según el Gobierno, fue consultado, a través de la Confederación Brasileña de Fútbol, sobre la posibilidad de organizar la Copa América, luego de la retirada de Colombia y Argentina como sedes.
En ambos países aumentan los infectados por Covid-19 y Colombia enfrenta además una crisis social y política.
Ante los hechos, senadores de la Comisión Parlamentaria de Investigación, que evalúa la gestión de la administración ante el patógeno, criticaron la determinación de celebrar el evento en territorio nacional.
El ponente de la junta, Renan Calheiros, calificó la decisión de burla y al torneo de ‘campeonato de la muerte’.
De igual manera, los partidos de los Trabajadores y Socialista Brasileño instaron al Supremo Tribunal Federal (STF) a que suspendiera las relaciones del gobierno con la Conmebol e impidiera la celebración de la competición en Brasil.
El juez Ricardo Lewandowski, del STF, le pidió este martes a Bolsonaro explicaciones sobre la realización de la Copa América, en medio de una posible tercera ola de la pandemia.
‘Considerando la importancia del tema y la emergencia de salud pública derivada del brote del coronavirus, así como la urgencia que requiere el caso, se solicitan informaciones previas al presidente de la República dentro del plazo legal’, indicó el magistrado.
Desde diferentes sectores de la sociedad brasileña emergen fuertes críticas por la celebración del torneo continental deportivo, bajo de una calamidad sanitaria causada por Covid-19 que cobró hasta la fecha 465 mil 199 muertes y 16 millones 624 mil 480 de contagios.
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