Según los demócratas en el Comité de Seguridad Nacional del Senado, tanto el Buró Federal de Investigaciones (FBI) como el Departamento de Seguridad, minimizaron constantemente el potencial de violencia y, como resultado, el gobierno no preparó un aparato adecuado para Washington ese día.
Escrito por el presidente del panel, el senador demócrata Gary Peters, la investigación brinda ejemplos específicos de amenazas y planes para un asalto a la sede de la Legislatura, que fueron recopilados por las mentadas entidades en los días anteriores al suceso.
“En un nivel fundamental, las agencias no cumplieron con su misión, ni conectaron la información pública y no pública que recibieron”, se lee en el informe, que señala correos electrónicos internos y documentos que “demuestran la amplitud y gravedad de las advertencias en relación con los eventos del 6 de enero de 2021”.
Uno de los ejemplos de la indagación fue una amenaza de la que se tuvo conocimiento el 2 de enero de 2021, cuatro días antes de los disturbios.
Durante esa jornada, la plataforma de redes sociales Parler envió una publicación de un usuario en su sitio al FBI que decía: “Esto no es una manifestación y ya no es una protesta. Esta es una posición final donde estamos trazando la línea roja en el Capitolio… no se sorprenda si tomamos el edificio de la capital”.
El informe encontró que, a pesar de esa retórica en línea tan violenta, los peligros fueron minimizados y, en cambio, se le notificó a la Policía del Capitolio y a la Policía Metropolitana que estuvieran listas para un mitin político normal.
También sostuvo que el FBI se concentró en prevenir ataques de extremistas solitarios, sin hacer lo suficiente para asegurarse de que las agencias de aplicación de la ley estuvieran adecuadamente preparadas dado el volumen de las alertas.
Las amenazas que dieron lugar a los sucesos del 6 de enero, cuando una turba de seguidores del exmandatario Donald Trump (2017-2021) irrumpió en la Legislatura para revertir la victoria de Joe Biden, no se realizaron únicamente en conversaciones privadas que requirieron tácticas de investigación secretas, señaló el informe.
“Por el contrario, se hicieron abiertamente, a menudo en publicaciones de redes sociales disponibles, y las agencias estaban al tanto de ellos”, concluyó.
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