Del total, 98 murieron por armas de fuego debido a la violencia criminal que golpea a esa minoría, afirmó la organización no gubernamental.
Hay varias causas profundas que contribuyen a este fenómeno, entre ellas el desempleo y la pobreza pues la mitad de todas las familias árabes sufren ese último flagelo, subrayó.
Desde la llegada al poder a finales del pasado año de Benjamin Netanyahu y su coalición de derecha se verificó “un aumento drástico en el crimen y la violencia”, apuntó.
La organización citó entre las razones la negligencia por parte del Gobierno, la ausencia de un ente profesional que coordine actividades o se comunique con los líderes de la sociedad árabe, la alta cifra de armas ilegales en las calles y las guerras territoriales entre las bandas.
Los descendientes de los palestinos que no fueron expulsados de sus tierras tras la creación del Estado judío, en 1948, denuncian desde entonces que son tratados como ciudadanos de segunda.
En la actualidad ellos suman 1,9 millones de personas, casi un 21 por ciento del total de la población de este país.
Una encuesta realizada en marzo del pasado año reveló que el 94 por ciento de los árabes que viven en Israel sufrieron en alguna ocasión el racismo y la discriminación de la mayoría hebrea.
Según la investigación del Centro para la Religión, la Nación y el Estado, el 69 por ciento dijo ser objeto de racismo y discriminación en lugares públicos, mientras el 41 por ciento lo fue en instituciones académicas.
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