Desde el 31 de octubre pasado con el fin del mandato de Michel Aoun, la nación transita el cuarto período de vacancia en su historia después de la independencia, ahora por primera vez bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales.
Según expertos, la celebración de Eid Al Adha (festividad musulmana) contribuyó a la disminución de los contactos políticos necesarios para avanzar hacia el diálogo, y el escepticismo ronda el escenario interno a la espera del regreso al país del enviado francés, Jean-Yves Le Drian, a mediados del mes entrante.
En la segunda mistad del año, Líbano enfrentará no solo el reto de elegir al próximo jefe de Estado de la República, deberá encontrar un nombre consensuado para suceder en el cargo al gobernador del Banco Central, Riad Salameh, cuya gestión finaliza el 31 de julio.
A nivel local, persiste el mismo guion previo a la duodécima sesión del Parlamento con el jefe del Movimiento Marada, Suleiman Frangieh, y el exfuncionario del Fondo Monetario Internacional, Jihad Azour, como las principales opciones de la comunidad cristiana maronita para ocupar la primera presidencia.
De acuerdo con analistas, el fracaso del legislativo el 14 de este mes puso la mirada en las posiciones de los bloques y si permanecerán tal y como están, tras un conteo de votos que otorgó 59 papeletas a favor de Azour y 51 para Franjieh.
Considerado la propuesta de la oposición, Azour cuenta con el apoyo de la Corriente Patriótica Libre, las Fuerzas Libanesas, el Partido Kataeb, los Cambistas y el Partido Socialista Progresista.
Por su parte, Franjieh suma el respaldo del dúo chiita Amal e Hizbulah, junto a un grupo de parlamentarios independientes y sunitas.
Ante este panorama, el miembro del bloque Lealtad a la Resistencia Hassan Ezzeddine, enfatizó en la necesidad de lograr comprensión y entendimiento para alcanzar el consenso requerido sin que existan dictados externos.
En esta línea de pensamiento, el diputado Qassem Hashem indicó que el representante del presidente Emmanuel Macron examinó aquí las opiniones de todas los partidos y dirigentes políticos sobre la posibilidad de un diálogo serio y constructivo, pero el equipo de la oposición aún se niega a participar.
Tras ocho meses de vacancia de poder, el secretario General Adjunto de Hizbulah, Naim Qassem, subrayó que el enfrentamiento en esta etapa demostró que no queda otro camino que el diálogo y los denominadores comunes para elegir al presidente.
Líbano intenta designar al jefe de Estado número 14 después de la independencia, a la luz de discrepancias políticas e injerencia extranjera que arrastraron al Parlamento a 12 derrotas desde septiembre de 2022.
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