En un artículo titulado La pandemia exacerba las disparidades y produce más millonarios en América Latina publicado en la página digital de Naciones Unidas, el alto funcionario reconoció que la región es la segunda más desigual del mundo.
Señaló que durante la pandemia de la Covid-19 crecieron los desequilibrios económicos y sociales, al tiempo que aparecen más ricos.
López-Calva precisó en su análisis que en la región millones de hogares ven caer sus ingresos a raíz del cierre y el deterioro de negocios, el aumento del desempleo y la salida de la fuerza laboral, y las limitadas oportunidades de trabajo remoto durante los extensos períodos de confinamiento.
A ello se suman, denunció, redes de seguridad inadecuadas para los trabajadores de bajos ingresos, vulnerables e informales, lo cual ha llevado a una situación de pobreza extrema creciente en la región, que según estimaciones del Banco Mundial, pasará del 24 por ciento en 2019 al 27,6 por ciento en 2021.
Existe además una preocupación por el aumento del hambre en el área, ya que de acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos, habrá un incremento del 269 por ciento en el número de personas en América Latina y el Caribe que enfrentan una inseguridad alimentaria severa.
Frente a ese escenario los datos en tiempo real (17 de mayo de 2021) muestran un aumento de 107 multimillonarios con un patrimonio neto de 480 mil millones de dólares, es decir, el acervo de riqueza de los más ricos en la región, medido por la lista de Forbes, creció más del 40 por ciento durante la pandemia de la Covid-19 hasta ahora. En particular, alrededor de las tres cuartas partes de los multimillonarios son de Brasil y México, al igual que alrededor del 80 por ciento de su patrimonio neto combinado.
López-Calva, quien también se desempeña como director regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) consideró en su análisis gravar a los más ricos, lo cual podría proporcionar algunos de los recursos necesarios para promover ganancias sociales y económicas generalizadas.
Consideró, además, que cuando la concentración de recursos se traduce en una concentración de poder político, como suele ser el caso, puede conducir a un círculo vicioso que perpetúa esos resultados y distorsiona las estrategias y la asignación de fondos.
Por último en su reflexión explicó que en la medida que la pandemia continúe en la región expondrá las grietas existentes en las redes de seguridad social, por lo que se debe reinventar un nuevo camino a seguir, uno que sea más equitativo y sostenible que el de antes de esta crisis.
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