Un aviso conjunto del Ministerio de Comercio y la Administración General de Aduanas precisó que la medida entrará en vigor el próximo 1 de agosto y tiene como objetivo “proteger la seguridad e intereses nacionales”.
Contempla la exigencia de solicitar la aprobación del Gobierno para los envíos al exterior de ocho artículos relacionados con el galio y seis con el germanio.
Por tanto, los exportadores que incumplan con los nuevos requisitos enfrentarán fuertes multas y cargos criminales.
China produce el 95 por ciento mundial del galio, que se utiliza en la fabricación de semiconductores de alta frecuencia para las estaciones de base de las redes inalámbricas 5G.
Además, es uno de los principales proveedores del germanio, un elemento esencial en la manufactura de la fibra óptica e infrarroja, algunos tipos de plásticos, electrónicos y paneles solares.
El movimiento del gigante asiático sigue a la decisión la semana pasada de Países Bajos de vetar la exportación de maquinarias vinculadas a los semiconductores o chips, bajo el argumento de tener preocupaciones sobre riesgos a la seguridad nacional.
En marzo pasado, las autoridades de Ámsterdam incluso prohibieron a la firma ASML enviar a China equipos ultravioletas de avanzada para fabricar chips.
Japón procedió de forma similar y frenó las transacciones de la empresa Nikon Corporation a China.
Ambos territorios siguieron así los pasos de Estados Unidos, que en octubre de 2022 vetó vender al país asiático maquinaria y chips para supercomputadoras e inteligencia artificial, además de ajustar una norma que extiende la cobertura extraterritorial de los controles de exportación a ciertos artículos producidos en el extranjero.
Según planteó, así se restringirá la capacidad de China de obtener tecnología de punta para desarrollar supercomputadoras y fabricar semiconductores avanzados para aplicaciones militares.
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