La funcionaria estará aquí hasta el domingo próximo y, aunque se desconocen detalles de la agenda, se esperan conversaciones con las contrapartes locales, otras autoridades del Gobierno y empresarios estadounidenses con negocios en el gigante asiático.
Se trata del primer viaje de Yellen a China, antes en enero pasado se encontró con el viceprimer ministro Liu He en Suiza y coincidieron en la necesidad de manejar con mucha moderación las discordias bilaterales en lo económico-comercial, mientras sus gobiernos intentan dar un giro positivo a las relaciones.
En aquel momento, ella propuso más esfuerzos para evitar que la competencia se convierta en conflictos.
También la visita de Yellen sigue a la del secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken, en junio, que constituyó otro escenario donde cada potencia volvió a remarcar posturas en los asuntos más conflictivos, si bien se abrieron a la distensión y al trabajo conjunto donde sea posible.
En dos jornadas el diplomático repasó el entorno bilateral y también internacional con su par anfitrión, Qin Gang; el presidente del país, Xi Jinping; y Wang Yi, el jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China.
De esos encuentros se desprendió un aumento de las interacciones de alto nivel, el contacto pueblo a pueblo y las conexiones aéreas, mientras las partes manejan y buscan soluciones a sus diferencias.
Una nota oficial mencionó la determinación de seguir adelante con las consultas sobre los principios rectores de los vínculos bilaterales y ventilar en los grupos de trabajo aquellas cuestiones más específicas de los mismos.
Igualmente, estuvieron de acuerdo en implementar los entendimientos de los presidentes Xi y Joe Biden, avanzar en el diálogo y también en la cooperación.
Tanto Beijing como Washington calificaron las reuniones de “cándidas, constructivas y amplias”.
Pero más allá de los consensos, en todas las pláticas tocaron a fondo las inconformidades vinculadas a Taiwán, derechos humanos, guerra económica y otros temas que mantienen las relaciones en su peor momento de la historia.
Para algunas voces el viaje de Blinken envió señales positivas al mundo sobre las intenciones de los dos países de estabilizar sus lazos, mientras en otras no despertó grandes expectativas sobre un verdadero deshielo.
Pero el ambiente de tensiones continúa y se avivó con recientes alegaciones estadounidenses sobre un supuesto centro de entrenamiento militar chino en Cuba, lo cual fue desmentido y rechazado por la nación caribeña, ofensas de Biden a Xi y el encarcelamiento de ciudadanos del país asiático por persuadir a compatriotas fugitivos para enfrentar la justicia.
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