El martes, el presidente Sebastián Piñera ofreció la última cuenta pública de su mandato, y aunque en amplios sectores no despertaba expectativas, generó un vendaval de críticas y reproches desde todo el espectro político.
En la oposición la alocución del mandatario fue calificada por el candidato presidencial del Partido Radical, Carlos Maldonado, como ‘más ruido que nueces’, mientras desde el Partido Socialista, fuee considerada el ‘el cierre del peor gobierno desde el retorno de la democracia’.
Por su parte, el candidato presidencial comunista Daniel Jadue señaló que Piñera anunció ‘lo que jamás cumplirá’ y aseguró no haber visto nunca ‘una cuenta pública tan pobre y alejada de los dolores de la ciudadanía’.
Pero las críticas también llovieron desde la derecha por el giro de 180 grados de Piñera al expresar su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que a juicio del senador Manuel José Ossandón fue ‘una bombita’ para zafar de su responsabilidad sobre los grandes problemas del país.
Incluso, la vicepresidenta de la Unión Demócrata Independiente, María José Hoffmann, se lamentó de que ‘los electores que votaron por nosotros ahora no saben qué esperar’.
Pero además dijo tener la convicción de que Piñera quiso dar una señal de apoyo a Sebastián Sichel (considerado la apuesta presidencial del gran empresariado) en detrimento de otros candidatos de la derecha.
Todo esto, sin contar el revuelo causado en el mundo religioso, donde los evangélicos catalogaron de traición las palabras del Presidente, mientras que la Iglesia Católica dejó clara su posición acuñando que el único matrimonio es el de un hombre y una mujer.
Pero otros asuntos también agitaron las aguas, pues el miércoles, la diputada Pamela Jiles, del Partido Humanista, presentó un proyecto de ley para retirar todo el dinero depositado en las empresas aseguradoras de fondos de pensiones (AFP) con el objetivo expreso de ‘darle un tiro de gracia’ a esas entidades.
La propuesta fue calificada de populista e irresponsable incluso en sectores partidarios de la desaparición de las AFP y el solo anuncio provocó una caída del 3,80 por ciento de la Bolsa de Comercio de Santiago.
Por si fuera poco, la semana cerró con una vuelta a las cuarentenas en decenas de municipios debido a las elevadas cifras de contagios de la Covid-19, que el viernes fueron ocho mil 273.
La agudización de la crisis sanitaria acrecienta el temor por la saturación del sistema hospitalario, opaca los resultados de la exitosa campaña de vacunación y multiplica los reproches al gobierno por medidas de desconfinamiento que especialistas consideran inoportunas.
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