El texto, publicado este jueves por el Programa Conjunto de la Organización de las Naciones Unidas para el VIH-SIDA (Onusida), señaló que los países latinoamericanos han logrado importantes avances en la ampliación del acceso al tratamiento del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), pero no tantos en materia de prevención.
Desde 2010 hasta el 2022 la cifra de muertes vinculadas con el SIDA se redujo un 32 por ciento, sin embargo el número anual de nuevas infecciones por el VIH aumentó un ocho por ciento.
De acuerdo con los expertos, sólo nueve naciones de la región proporcionan PrEP oral (profilaxis previa a la exposición) y por demanda a personas de poblaciones clave.
Por su parte, en igual periodo la cantidad de nuevas infecciones por VIH en el Caribe bajó un 15 por ciento.
En tanto, la ampliación de la cobertura del tratamiento hizo que el número de fallecimientos relacionados con el SIDA decreciera en un 53 por ciento, aunque la tasa de disminución varió según los países.
Sin embargo, el diagnóstico de la enfermedad por VIH avanzado sigue siendo un reto en la región.
Si se abordan las desigualdades y la estigmatización, es probable que la cobertura del tratamiento y los resultados mejoren aún más, destacó el informe.
El texto titulado El camino que acaba con el SIDA, contiene datos y estudios de casos que muestran los “resultados extraordinarios” de algunos países del mundo que han tomado determinadas medidas y ofrece una hoja de ruta para hacer frente a futuras pandemias y avanzar hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Según Onusida, Botsuana, Eswatini, Tanzania y Zimbabue ya han alcanzado los objetivos «95-95-95».
Esto significa que el 95 por ciento de las personas que viven con el VIH conocen su estado serológico, que el 95 por ciento de quienes saben que tienen el virus reciben un tratamiento antirretrovírico que puede salvarles la vida, y que el 95 por ciento de los que reciben tratamiento tienen el virus suprimido.
Otros 16 países, ocho de ellos del África subsahariana, la región en la que vive el 65 por ciento de las personas seropositivas, también están a punto de conseguirlo.
Asimismo, afirmó que voluntad política y financiación son los dos elementos que hacen falta para ponerle fin al SIDA de aquí a 2030.
lpn