El jefe del archivo de esa intitución, Raymond Frogner, dijo al diario The Mail and the Globe que los religiosos, responsables de la mayoría de las escuelas de ese tipo, no han entregado informaciones sobre lo ocurrido en instituciones como la Kamloops Indian Residential School, donde parecieron los cadáveres la semana pasada.
Esos registros son vitales para entender quiénes eran los niños y por qué muchos no volvieron a sus casas, señaló Frogner.
Por su parte, el reverendo Ken Thorson, líder de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, orden que administró la escuela de Kamloops, dijo a los medios locales estar trabajando para digitalizar y transferir la información lo antes posible.
Entretanto, el papa Francisco expresó este domingo que sigue adolorido por el estremecedor descubrimiento y exhortó a las autoridades políticas y religiosas canadienses a colaborar para aclarar esa triste historia, aunque no ofreció una disculpa formal por lo sucedido.
El arzobispo de Toronto, Thomas Collins, manifestó que un pedido de perdón por parte del Pontífice es innecesario para abordar el papel de iglesia en los internados canadienses, refiere la cadena CBC.
Collins acotó que varios grupos católicos ya se lamentaron públicamente, incluidos los arzobispos de Vancouver y Regina, con lo cual ahora lo importante es trabjar con ‘calma’ y ‘suavidad’ en el asunto.
El pasado viernes el primer ministro, Justin Trudeau, exigió a la Santa Sede una disculpa formal por lo ocurrido.
La última semana de mayo la tribu local Tk’emlups te Secwepemc encontró enterrados los restos de 215 menores en Kamloops, al sur de la provincia de British Columbia, en el lugar donde funcionó la escuela residencial para indígenas más grande del país.
El descubrimiento de los cadáveres provocó indignación y muchos ciudadanos hicieron vigilias y memoriales improvisados.
Desde el siglo XIX hasta la década de 1970, se hizo obligatorio en Canadá que más de 150 mil niños de las Primeras Naciones asistieran a escuelas cristianas como parte de un programa sin basamento científico para asimilarlos a la sociedad.
Fueron obligados a convertirse al cristianismo y no se les permitió hablar sus idiomas nativos, muchos fueron golpeados y maltratados verbalmente, y se estima que murieron hasta seis mil.
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