Prueba de ello es que en América del Norte, partes de Asia y en todo el norte de África y el Mediterráneo los termómetros se han situado por encima de los 40 grados Celsius por varios días.
El experto de la OMM, John Nairn, señaló que las olas de calor serán cada vez más frecuentes y más intensas, al tiempo que alertó sobre el alto riesgo que representan las temperaturas durante la noche.
«Las temperaturas nocturnas son particularmente peligrosas para la salud humana porque el cuerpo es incapaz de recuperarse del calor permanente, lo que lleva a un aumento de ataques al corazón y a muertes», afirmó el especialista.
De acuerdo con el entendido en la materia, el número de olas de calor simultáneas en el hemisferio norte se ha multiplicado por seis desde 1980, y aseguró que la tendencia será en aumento ya que El Niño no hará más que amplificar la incidencia y la intensidad de los golpes de calor extremo.
Al respecto, significó la alarma que ello representa por el impacto de las elevadas temperaturas en la salud humana y animal y sus consecuencias sociales y económicas.
Datos de la OMM indican que en el verano pasado murieron 60 mil personas más en Europa debido a olas de calor, lo que, apuntó Nairn, evidencia que si ello ocurre en una de las regiones que cuenta con avanzados sistemas de alerta temprana climática, “podemos imaginarnos cuáles pueden ser las cifras en el resto del mundo”.
Por ejemplo, la OMM señaló, en su tercer informe anual sobre el estado del clima en América Latina y el Caribe, que las sequías, los ciclones, el deshielo de glaciares y los incendios forestales constituyen fenómenos que tienen un impacto cada vez mayor en la región.
También señaló que los fenómenos meteorológicos extremos y los choques climáticos se agravan en todo el continente americano, a medida que se aceleran la tendencia al calentamiento a largo plazo y el aumento de nivel del mar
Latinoamérica desempeña un papel fundamental en la producción de alimentos y la prestación de servicios ecosistémicos que benefician no solo a la propia región, sino a todo el planeta.
Además, es muy vulnerable a los riesgos climáticos ya que cerca de tres cuartas partes de la población viven en asentamientos urbanos informales y alrededor del ocho por ciento está subalimentada.
La población de América Latina y el Caribe debe ser más consciente de los riesgos relacionados con el clima, y es preciso que los sistemas de alerta temprana de la región se fortalezcan y lleguen a las comunidades que más los necesitan.
Solo el 60 por ciento de su población dispone de la cobertura de sistemas de alerta temprana de peligros múltiples, según datos de 2020.
Los expertos consideran que las temperaturas récord que se registran en julio se deben a las emisiones de gases de efecto invernadero que atrapan el calor, causadas principalmente por la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas, y carbón).
En su opinión las extensas e intensas olas de calor de este año son alarmantes, pero no sorprendentes porque, desafortunadamente, las condiciones actuales coinciden con las previsiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por lo que prevén para el futuro más riesgo de que los 40 grados sean parte de la normalidad.
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