Delegaciones de ambos países debatieron en esta capital justo “el uso de sanciones selectivas para disuadir y desarticular actividades malignas” y demostrar –dicen- “disposición a actuar para defender las normas internacionales”.
Todo tiene que ver con el conflicto entre Rusia y Ucrania y la postura adoptada por Estados Unidos y sus aliados occidentales.
Para las comitivas reunidas la víspera se han “impuesto al Kremlin costes sin precedentes” , indicó un comunicado difundo aquí este jueves a los medios de prensa.
Traducido significa que desde el inicio de la operación militar de Rusia en Ucrania el 24 de febrero de 2022 se designaron «más de dos mil 500 personas y entidades, y se bloquearon miles de millones de dólares en activos» a Moscú, reconocieron.
De esa forma apuntaron a “mostrar un liderazgo colectivo en el uso específico» de lo que consideran «legítimo y eficaz de las sanciones para hacer frente a las amenazas a la paz y la seguridad internacionales”.
Desde el primer momento Rusia denunció que apegándose compulsivamente a las sanciones, en el caso de Europa, no solo perjudican sus propios intereses, sino a su población, que hace rato comenzó a sufrir el efecto de las medidas y las consecuencias de semejantes decisiones.
En marzo de 2022, poco después de estallar las hostilidades, el portavoz de la Presidencia de Rusia, Dmitri Peskov, subrayó que quienes persisten en la política de sanciones contra su país debieran preguntarse si alcanzan algún objetivo.
“Aquellos que siguen siendo adictos a las restricciones en asuntos internacionales deberían preguntarse ya si alcanzan algún objetivo continuando esa política”, advirtió entonces.
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