Billstrom hizo las declaraciones en una llamada telefónica con su homólogo libanés, Abdallah Bou Habib, según un comunicado de la Cancillería de Beirut citada por la televisión local.
Bou Habib acogió con satisfacción la postura de Suecia e instó al país a tomar medidas prácticas adicionales para prevenir la islamofobia y los delitos motivados por el odio.
La semana pasada, Salwan Momika, un refugiado iraquí de 37 años que vive en Suecia, pisoteó y pateó el Corán, pocas semanas después de prender fuego a las páginas del libro sagrado musulmán frente a una mezquita de Estocolmo.
En enero, Rasmus Paludan, líder danés de extrema derecha, quemó una copia del Corán frente a la embajada turca en Estocolmo, lo cual provocó indignación y condena en todo el mundo islámico.
Tras estos incidentes, se produjeron protestas contra Suecia en varias ciudades del Líbano y según los informes, la embajadora de Suecia en ese país, Ann Dismorr, tuvo que abandonar la nación por unas supuestas vacaciones planificadas.
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