Según un sondeo publicado por el diario Maariv, apenas 38 por ciento de los interrogados rechazó esa posibilidad y cuatro por ciento evitó contestar.
Recientemente, el ex primer ministro Ehud Olmert advirtió que el país avanza hacia una guerra civil.
“Hay una amenaza. Esta es una amenaza grave (…) Nunca había sucedido antes y ahora estamos entrando en una guerra civil”, afirmó durante una entrevista con la televisora británica Channel 4 News.
La tensión escaló esta semana tras una votación en la Knesset (Parlamento) que eliminó la cláusula de razonabilidad, la cual permitía a la justicia israelí revisar y revocar decisiones gubernamentales.
La medida fue aprobada con el respaldo de los 64 legisladores que integran el bloque ultraderechista en el poder sin votos en contra porque la oposición se retiró en pleno del hemiciclo en señal de protesta.
Esa iniciativa es clave en la reforma que impulsa Netanyahu, que también restringiría la capacidad del Tribunal Supremo para rechazar leyes, al permitirle a la Knesset volver a legislar normativas impugnadas por ese órgano.
El plan, además, permitiría al Ejecutivo de extrema derecha controlar el nombramiento de los magistrados.
Desde principios de año diversos sectores, desde médicos, universidades hasta sindicatos y empresarios, realizan protestas masivas en diversos puntos de la geografía nacional para denunciar la iniciativa, defendida por la derecha.
Miles de reservistas ya anunciaron su intención de no presentarse al llamado a filas, lo cual provocó gran preocupación en las Fuerzas Armadas.
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