En su informe semestral sobre la estabilidad financiera, el organismo destacó que la incertidumbre causada por la legislación aumentó la prima de riesgo país y la devaluación del séquel, la moneda local.
Si los ajustes de las tasas de interés y el proceso de reforma judicial avanzan más pueden plantear desafíos para el sistema financiero en el mediano plazo, alertó.
Como otras consecuencias adversas citó el deterioro de la confianza de los inversores y de la cultura empresarial, así como un menor crecimiento del Producto Interno Bruto.
La iniciativa defendida por Netanyahu también disminuirá el monto de las inversiones extranjeras y elevará el costo de la deuda, apuntó.
El gobernador del Banco de Israel, Amir Yaron también criticó el pasado mes el proyecto de ley.
El plan es muy cuestionado aquí porque restringiría la capacidad del Tribunal Supremo para rechazar leyes al permitirle al Parlamento volver a legislar normativas impugnadas por ese órgano.
Además, permitiría al Ejecutivo de extrema derecha controlar el nombramiento de los magistrados.
En marzo último la agencia de calificación Moody’s afirmó que Israel enfrenta un riesgo económico a largo plazo debido a la reforma judicial.
“Si se implementan en su totalidad, los cambios propuestos podrían debilitar materialmente la fortaleza del poder judicial y, como tal, ser negativos para el crédito”, señaló la institución.
En varias oportunidades numerosos economistas criticaron la idea de Netanyahu al citar sus efectos negativos.
“La reforma del sistema judicial pone en peligro la economía israelí y puede causar una caída en la calificación crediticia de Israel, llevar a los inversores a huir y provocar una fuga de cerebros”, advirtieron en enero más de 300 expertos, incluido el Premio Nobel Eric Maskin.
En febrero más de 50 destacados economistas de universidades estadounidenses, incluidos 11 premios Nobel, criticaron el plan en otra carta pública.
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