“Las imágenes de la estación de Bolonia, en la mañana del 2 de agosto de 1980, nos devolvían una humanidad devastada por una ferocidad inimaginable, por un terror que aspiraba ser apocalíptico”, expresó Mattarella en un mensaje por el aniversario de ese ataque, ejecutado por el grupo ultranacionalista Núcleos Armados Revolucionarios.
A las 10:25 horas detonó, en la sala de espera de la estación de trenes de esa ciudad, ubicada en la región meridional de Emilia-Romaña, un artefacto explosivo colocado en una maleta que destruyó gran parte esa instalación, con un saldo criminal de 85 víctimas mortales y más de 200 personas gravemente heridas.
“Italia ha sabido rechazar a los subversivos asesinos, a sus cómplices, a los cínicos directores ocultistas que cultivaron el designio de aumentar la tensión y el miedo” expresó el jefe de Estado, quien resaltó “la matriz neofascista de la masacre”.
En las investigaciones “salieron a la luz innobles desvíos, en los que participaron asociaciones secretas y agentes infieles de los aparatos estatales”, dijo el presidente, quien aseguró que “la búsqueda de la verdad completa es un deber que no se extingue, independientemente del tiempo transcurrido”.
Por su parte la primera ministra, Giorgia Meloni, expresó en esta fecha que “el 2 de agosto de 1980, el terrorismo golpeó a Italia y a su pueblo” y aunque pasaron 43 años “en el corazón y la conciencia de la nación, aún resuena con toda su fuerza la violencia de aquella terrible explosión que desintegró la estación de Bolonia”.
“Llegar a la verdad sobre las masacres que marcaron a Italia en la posguerra pasa también por poner a disposición de la investigación histórica el más amplio acervo documental e informativo” para lo cual, “este Gobierno ha acelerado y agilizado el pago de documentos desclasificados”, afirmó la mandataria.
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