El acto central se realizará en el paraje de Chacamarca, en la pampa centroandina de Junín, donde las tropas internacionalistas bolivarianas vencieron al ejército colonial español, según el registro histórico, en un duelo de lanzas y sables.
El lugar fue declarado Santuario Histórico el 6 de agosto de 1974 por el gobierno nacionalista de Juan Velasco Alvarado, preludio de la victoria de Ayacucho del 9 de diciembre de 1824, que terminó con la dominación colonial en América del Sur.
El programa prevé un desfile cívico-militar, con la presencia de representantes gubernamentales y diplomáticos, así como otras actividades, según se anunció en el lanzamiento del programa.
A la presentación asistieron los ministros de Cultura, Leslie Urteaga, y de Desarrollo e Inclusión Social, Julio Demartini; el embajador de Venezuela en Perú, Alexander Alexander Yánez Deleuze; el vicepresidente del Congreso, Waldemar Cerrón; el gobernador Junín, Zósimo Cárdenas y otras personalidades.
El ministro Demartini llamó a seguir el camino trazado por el Libertador Simón Bolívar para construir la unidad latinoamericana, a partir de las coincidencias entre los países de la región, para que esta tenga el rol que le corresponde.
Manifestó también que para el próximo año, cuando será la gran celebración del bicentenario de las batallas de Junín y Ayacucho, ojalá sea posible la presencia de presidentes latinoamericanos.
El vicepresidente del Legislativo, por su parte, señaló que, pese a la independencia, en Perú subsisten las cadenas de la discriminación y la desigualdad, que calificó como taras que se debe vencer.
La ministra de Cultura destacó la importancia de la efemérides para la cultura y la erradicación de males como el racismo y evocó el papel de los Húsares del Perú en la batalla de Junín.
El gobernador de Junín, Zózimo Cárdenas, llamó a luchar, como en Junín, “contra la pobreza, desnutrición, anemia, corrupción e inseguridad” y otros males.
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