Según la agencia de información burkinesa (AIB), el grupo armado planeaba una serie de atentados a gran escala en la provincia de Soum.
Burkina Faso registra un fuerte aumento de ataques armados en los últimos años, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, lo que llevó a la junta militar encabezada por Ibrahim Traoré a decretar en abril pasado una movilización general.
El deterioro de la seguridad provoca una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.
La espiral de violencia desatada en este territorio por tales formaciones irregulares causó desde hace más de 12 años unas 10 mil 500 muertes y alrededor de dos millones de desplazados, según datos de organizaciones no gubernamentales.
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