La acre advertencia del dirigente gremial fue unida a la demanda de “hacer más para ayudar a los migrantes de naciones subsaharianas expulsados por el gobierno de su país hacia Libia.
Colonizaron África y otros países durante muchos años y es hora que implementen planes de desarrollo real de manera que las personas puedan vivir con dignidad y prosperidad en sus naciones, aseveró Taboubi durante un mitin en la ciudad de Sfax, 270 kilómetros al este de esta capital.
Las tribulaciones de los indocumentados subsaharianos en Túnez comenzaron en febrero pasado cuando el presidente, Kais Saied, los acusó de provocar una ola criminal y de intentar imponer un cambio en el equilibrio étnico en este país norafricano.
Desde entonces los migrantes, que esperan la oportunidad de atravesar los apenas 100 kilómetros que los separan de la isla italiana de Lampedusa, son objeto de agresiones físicas, despedidos de sus precarios empleos y desalojados de las casas en las que residen.
Para mayor sufrimiento desde semanas atrás son apresados y transportados hacia la vecina Libia donde son abandonados a su suerte.
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