«Cuando ves a una persona con obesidad, generalmente lo asocias a un exceso de peso y lo compruebas con su índice de masa corporal. Sin embargo, después de muchos estudios, hemos concluido que este índice no siempre es preciso», subrayó la codirectora del Área de Obesidad de la Clínica Universidad de Navarra, España, Gema Frühbeck.
De ahí que sea más preciso referirse a las obesidades que a la obesidad, insistió Frühbeck citada en la revista Reviews in Endocrine and Metabolic Disorders.
La experta instó a realizar un análisis sobre la adiposidad asociada, que condiciona otras alteraciones metabólicas, como el nivel de glucosa, o observar el riesgo cardiovascular del individuo.
Estas diferencias deben tenerse en cuenta al aplicar el tratamiento, pero para eso es vital interiorizar la individualización de los pacientes, pues solo así puede indicarse los fármacos, ejercicios y dieta requerida.
Ahora -subraya la fuentes- es necesario un abordaje nuevo y distinto a la dolencia, sin centrarse exclusivamente en el ejercicio físico que se realiza o en la cantidad o calidad de comida que se ingiere.
Es primordial valorar factores genéticos, sociales e incluso culturales, indican el artículo publicado en Reviews in Endocrine and Metabolic Disorders.
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