Los países participantes en el encuentro dieron a conocer un comunicado conjunto con consideraciones finales en el que se pide, además, ventajas a productos forestales sostenibles en los mercados de las naciones desarrolladas.
«Reforzamos nuestro entendimiento de que el acceso preferencial para productos forestales en los mercados de los países desarrollados será importante palanca para el desarrollo económico de los países en desarrollo», indica el texto.
Reitera compromisos orientados a la preservación de los bosques, a la reducción de las causas de la deforestación y la degradación forestal, así como a la conservación y valoración de la biodiversidad.
Los firmantes expresaron asimismo su preocupación por el incumplimiento de compromisos por parte de los países desarrollados con respecto a los 100 mil millones de dólares anuales prometidos para financiaciones climáticas en los países en desarrollo.
Al respecto, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión del foro, defendió la viabilidad de financiación internacional para proyectos sostenibles en el bioma.
«No podemos aceptar un neocolonialismo verde que, bajo el pretexto de proteger el medio ambiente, impone barreras comerciales y medidas discriminatorias y no considera nuestros marcos normativos y políticas domésticas», afirmó Lula al final del encuentro.
Para el jefe de Estado, «lo que necesitamos para dar un salto de calidad es de financiamiento a largo plazo y sin condicionamientos para proyectos de infraestructura e industrialización verdes».
Comunicó que en la presidencia brasileña del G20 (grupo formado por los ministros de Finanzas y jefes de bancos centrales de las 19 mayores economías del mundo más la Unión Europea), que comenzará el 1 de diciembre, «colocaremos el desarrollo sostenible y la reducción de las desigualdades en el centro de la agenda internacional».
Advirtió que solo se tienen siete años para alcanzar los Objetivos de la Agenda 2030 y es «hora de que nuestros países se unan. Es hora de despertar a la urgencia del problema del cambio climático».
Remarcó que la declaración conjunta adoptada será «el primer paso hacia una posición común ya en la COP28 este año (en los Emiratos Árabes Unidos), con vistas a la COP30».
La cumbre en Belém involucró, además de los países de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela), a otros que cuentan con grandes extensiones de selvas tropicales preservadas, como los casos de Indonesia, el Congo y la República Democrática del Congo.
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