Según las fuentes, los proyectiles apuntaron contra cuarteles del denominado grupo Estado Islámico, Daesh en árabe, inscrito en la lista del terrorismo internacional, en las cordilleras rocosas de la región desértica de Al-Badieh entre las provincias de Hama y Homs, en el centro del país.
Las arremetidas coinciden con otras llevadas a cabo por los cazabombarderos y helicópteros rusos y sirios contra los terroristas remanentes de Daesh que se refugian en cuevas y cavernas para lanzar ataques repentinos contra el Ejército nacional.
Los blancos fueron fijados tras extensas operaciones de reconocimiento de la Fuerza Aéroespacial Rusa, mientras los cuarteles fueron destruidos y los terroristas que se refugiaban en ellos quedaron eliminados.
Por otro lado, los uniformados sirios reforzaron sus posiciones en el desierto de Al-Mayadeen en la provincia oriental de Deir Ezzor tras el aumento de los ataque de Daesh, el más reciente contra un autobús militar y cobró la vida de más de 30.
Un enorme convoy militar llegó a Al-Mayadeen conformado de autobuses y vehículos de transporte de tropas, además de piezas de artillería de campaña, morteros y tanques modernos, indicaron fuentes militares.
En el desierto de Al-Badieh se incrementan los ataques del Estado Islámico, cuyos integrantes, según denuncias de Damasco, reciben apoyo logístico, protección e información de inteligencia por parte de los militares norteamericanos en la zona de Tanef, en el este del país.
Según analistas, el Daesh recurre, desde su derrota en 2018, a la guerra de pandillas y ataca apoyado en claras instrucciones de inteligencia para desgastar a las tropas sirias y sus aliados.
Siria enfrenta una guerra impuesta desde 2011 y aunque su ejército, con el apoyo de sus aliados Rusia e Irán, liberó la mayor parte del territorio nacional de los radicales, ocurren algunos ataques que Damasco atribuye a grupos apoyados desde el exterior para seguir desestabilizando al país.
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