Desde principios de abril pasado ambos hombres libran en esta capital y ciudades del interior una guerra sin cuartel que arrastra una estela de más de mil muertos, casi siete mil heridos y alrededor de tres millones de desplazados internos, además de acusarse mutuamente de abusos contra la población civil.
¿Cómo puede uno instaurar la democracia cometiendo crímenes de guerra en Jartum, El Geneina, Kutum, Tawila, Sirba, Slileira, Munawashi, Kèss y toda pulgada de territorio pisada desde su maldido motín?”, se preguntó el jefe del CST.
El conflicto estalló cuando el presidente del CST insistió en la incorporación al Ejército nacional de los integrantes de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, inglés), la milicia armada de la cual descansa el poder de Hamdan Dagalo y su permanencia en los primeros planos de la política sudanesa.
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