Los miembros del FBI estuvieron este lunes en la sede de la institución ecuatoriana en Quito para coordinar los siguientes pasos a seguir en aras de encontrar a los responsables intelectuales del crimen que conmocionó al país.
Los agentes estadounidenses ingresaron con custodia policial, protegidos por personal de élite que portaba fusiles de largo alcance ante eventuales ataques y atentados.
Allí se reunieron con la fiscal general, Diana Salazar, y con la esposa del exlegislador asesinado, Veronica Sarauz, reportaron medios locales.
El ministro del Interior, Juan Zapata, dio otros detalles al canal Teleamazonas sobre las investigaciones, como por ejemplo que las armas utilizadas por los sicarios ya fueron utilizadas en otros homicidios reportados en diferentes provincias del país.
Zapata añadió que los indicios encontrados como huellas, ropas y otros elementos confirman a los seis sospechosos detenidos, más el otro que falleció en flagrancia, son los autores materiales del asesinato perpetrado el pasado 9 de agosto contra el político.
Los siete, ciudadanos colombianos, ingresaron a Ecuador de forma irregular hace menos de un año para sumarse a organizaciones delictivas, algunos hasta fueron detenidos por porte de armas o robo de vehículos y en su país de origen también tiene procesos en curso.
El asesinato de Villavicencio ha sido catalogado como un complot político y crecen las dudas sobre las circunstancias en las que ocurrió, así como la posible participación de la policía y su equipo de seguridad en el crimen.
Este lunes, el expresidente ecuatoriano Rafael Correa subrayó en una entrevista a la televisora RTS que ese lamentable suceso fue un complot para perjudicar a su movimiento Revolución Ciudadana y buscar una segunda vuelta en los comicios presidenciales.
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