El gobernante conservador hizo la exhortación tras inaugurar este viernes en un hotel del condado costero inglés de Cornualles, suroeste de Inglaterra, la primera reunión presencial de siete de las naciones más ricas del planeta desde el inicio de la pandemia de Covid-19
Llamo a todos los líderes, incluidos los aquí presentes del G7, a contribuir a poner más niñas en las aulas, a revertir el impacto terrible del coronavirus SARS-CoV-2 sobre la educación global y a ayudar a recuperarnos de una manera mejor, afirmó Johnson ante sus contrapartes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia y Japón.
El primer ministro anunció que Reino Unido aportará 430 millones de libras esterlinas (607 millones de dólares) a la Asociación Global para la Educación, y dijo esperar compromisos similares del resto del bloque.
Previo al inicio formal de la reunión de tres días, los líderes del G7 caminaron por la playa adyacente al hotel Carbis Bay y luego se tomaron la foto de familia.
En el discurso inaugural, Johnson también llamó a aprender de los errores cometidos en el pasado para no repetirlos durante la fase de recuperación de la pandemia, que junto a la vacunación antiCovid-19 y el cambio climático son los temas centrales de la cumbre.
El gobierno británico, que ocupa la presidencia temporal del bloque, aseguró la víspera que el G7 se comprometerán a donar mil millones de vacunas a los países pobres, y trabajar para incrementar la producción de los preparados.
La cifra, sin embargo, fue considerada insuficiente por activistas de organizaciones gubernamentales, que reclaman una mayor contribución de las naciones ricas para inmunizar cuanto antes al resto de la población del planeta.
Si lo mejor que pueden hacer los líderes del G7 es donar mil millones de dosis de vacunas, entonces está cumbre habrá sido un fracaso, afirmó Anna Marriot, de la directiva de Oxfam.
La reunión de alto nivel también atrajo a Cornualles a miles de ambientalistas que exigen a los gobiernos que tomen medidas urgentes detener las emisiones de gases contaminantes y declaren una emergencia climática. Los manifestantes, sin embargo, son mantenidos a raya por la policía a varios kilómetros de distancia del hotel Carbis Bay, donde el próximo domingo concluirá la cumbre del G7.
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