Los expertos a cargo del proyecto demuestran que es posible copiar las melodías del histórico grupo de rock a partir de la actividad cerebral, según el sitio es.rollingstone.com.
Melómanos de todo el mundo ahora pueden decir que tenían razón, pues Pink Floyd continúa haciendo historia y en esta ocasión, como banda pionera en avanzar a través de la fusión máquina-cerebro.
El escogido tema de la banda fue «Another Brick in the Wall», emblemático himno, por ser «el sello del underground inglés»,de acuerdo con la explicación dada por el científico Ludovic Bellie, en un artículo publicado en la revista PLOS Biology.
Durante el experimento, los estudiosos observaron la reacción neuronal de 29 voluntarios al escuchar este tipo de rock clásico y a través de electrodos colocados en la corteza cerebral registraron la actividad eléctrica y las convulsiones repetidas durante los tres minutos de duración de la melodía.
Lo novedoso del ensayo no ha sido precisamente utilizar el sonido como método para examinar la corteza auditiva -localizada en los lóbulos temporales-, sino, en incluir elementos de música, como la prosodia, el ritmo y la entonación en la prueba, destacó la página digital.
«Esto», afirmó, «puede contribuir al desarrollo de un decodificador auditivo general que incluya los elementos prosódicos del habla, basándose en, relativamente, pocos electrodos bien ubicados».
Y para conseguir estos resultados, los 347 electrodos fueron localizados en tres regiones estratégicas de la corteza cerebral.
Ellas son el área de la percepción sensorial, la circunvolución frontal inferior y la primera circunvolución temporal, esta última como resultado de vital importancia para observar su respuesta ante el sonido de la guitarra eléctrica.
Dicho resultado se logró por un proceso de «avlación», que consiste en un método de aprendizaje virtual por el cual se eliminan ciertos canales de registro a partir de la IA, táctica muy útil para conocer las posibles interacciones entre los componentes originales.
La muestra «neuronal» fue traducida a espectrogramas (frecuencias de las señales analógicas) y traducidas a un sonido referencial, más tarde, se compararon las muestras y vieron cómo la mayoría se podía componer en un mismo audio.
De esa forma, los investigadores concluyeron que el patrón más repetitivo era una reconstrucción no lineal, la cual «proporcionó una canción reconocible», realzó el sitio.
Mientras, la calidad perceptiva de los elementos espectrales, como el tono y el timbre, mejoró especialmente, y la identidad de los fonemas fue bastante perceptible», determinó el estudio
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