El portal Brasil de Fato indica que la movilización se realizará en un momento en que, entre finales de julio y principios de agosto, matanzas policiales arrebataron la vida a 60 personas (32 en Bahía (nordeste), 18 en Sao Paulo (sudeste) y 10 en Río de Janeiro (sudeste).
También el levantamiento ocurrirá una semana después que la líder del quilombo (comunidades negras que resistieron a la esclavitud) Pitanga dos Palmares, Maria Bernadette Pacífico, fuera ejecutada a tiros dentro del terreno Ilê Axé Kalé Bokum, en la región metropolitana de Salvador, capital de Bahía.
Definidas en una plenaria digital el 10 de agosto con la participación de unas 250 organizaciones, las manifestaciones callejeras serán este jueves por ser el día de la muerte del activista abolicionista y abogado Luiz Gama.
Los actos inauguran una jornada de luchas que debe tener actividades mensuales hasta el 20 de noviembre, Día de la Conciencia Negra.
Tal articulación incluye el Movimiento Negro Unificado, Agentes de Pastoral Negros de Brasil, Asociación de Madres y Familiares de Presxs, Frente Nacional de Mujeres del Funk, Geledés, Instituto de la Mujer Negra, Unegro, entre otras entidades.
Muchos de estos grupos forman parte de frentes más amplios, como la Convergencia Negra y la Coalición Negra por Derechos.
La jornada reivindica que la Corte Suprema, con base en el precedente de la llamada Argumentación de Incumplimiento de Precepto Fundamental de las Favelas, instituida en el auge de la pandemia de Covid-19, prohíba «operaciones policiales con carácter reactivo» y «grandes operaciones invasivas en comunidades con el pretexto de combatir el tráfico» de drogas.
Además, el movimiento negro demanda una ley federal que exija cámaras en uniformes de agentes armados (estatales y privados), un plan nacional de indemnización y apoyo a familiares de víctimas del Estado y llevar a lo federal la investigación de matanzas policiales.
De igual manera, exige la desmilitarización de las fuerzas del orden público y el fin de la guerra contra las drogas.
«El brutal asesinato de una líder política, quilombola, mujer negra y candomblé muestra la cara del Brasil real, violentamente racista, machista, misógino, que persigue liderazgos negros y es intolerante con las religiones de matriz africana», indica una nota de la Uneafro Brasil, una de las entidades que organizó la jornada.
Asegura que Bernadette pasó los últimos años denunciando el asesinato de su hijo Binho, por las mismas motivaciones.
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