Un informe de la Policía Nacional Civil (PNC) indicó que en el mes de agosto se registran 15 jornadas sin asesinatos atribuibles a las pandillas.
Informes oficiales de la PNC divulgados esta madrugada precisan que la víspera finalizó con cero homicidios en todo el territorio salvadoreño, siendo el cuarto de manera de consecutiva y el número 15 en lo que va del presente mes.
Estos 15 días con cero fatalidades se añaden a los 22 en enero, los 21 en febrero, los 20 de marzo, los 24 contabilizados en abril (el mes más seguro de la historia de El Salvador), los 18 de mayo y los 21 y 23 días con los que cerraron junio y julio, respectivamente, para dar un total de 164 jornadas sin muertes por la violencia en lo que va de 2023.
Una reseña del diario El Salvador valoró que esto certifica la efectividad en las estrategias implementadas por el Gobierno del presidente Nayib Bukele en materia de seguridad, las cuales permitieron que, en más de cuatro años de gestión, se contabilicen 434 días con cero crímenes en El Salvador.
Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos mantienen sus críticas contra esta política sin dejar de reconocer que es efectiva a corto plazo y alertan sobre los efectos que pudieran tener a largo plazo por lo que puede resultar del arresto de más de 72 mil pandilleros y su influencia en cerca de medio millón de familiares.
Un reciente análisis de la publicación alemana Deutsche Welle cifró entre un 15-20 por ciento las personas detenidas que no son pandilleros.
Los más de 70 mil encarcelados tienen unos 500 mil familiares. “En una población de seis millones, casi uno de cada diez está directamente afectado por las medidas», valoró.
Lo que significa para una sociedad que toda una generación vaya a la cárcel solo puede adivinarse: «Esto nunca ha funcionado bien a largo plazo. No se puede encerrar a toda una generación”, agregó.
«¿Qué viene después? Eso no es sostenible. Puede ser supuestamente seguro al principio, pero el contragolpe que viene después puede ser mucho peor», indicó la profesora Sabine Kurtenbach, directora del Instituto GIGA de Estudios Latinoamericanos en Hamburgo.
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