El balotaje marcado para el próximo 15 de octubre entre Luisa González, del movimiento correísta Revolución Ciudadana (RC), y Daniel Noboa, de la alianza Acción Democrática Nacional (ADN), parecía imposible, pero el joven millonario logró colarse en la confrontación final sin atacar a sus oponentes.
González quedó en primer lugar en las elecciones del 20 de agosto,de los ocho presidenciables, con alrededor del 33 por ciento de las boletas, resultado que confirmó a la RC como la organización política más fuerte del país.
Su candidatura siempre contó con las mayores intenciones de voto en las encuestas previas a los sufragios.
En contraste, pocos esperaban que Noboa, exlegislador y empresario de 35 años, sería quien ocupara el segundo puesto,obteniendo el 24 por ciento del apoyo popular.
Tras ser asesinado el candidato del movimiento Construye, Fernando Villavicencio, el 9 de agosto pasado, el escenario electoral cambió y comenzaron a ganar aceptación aquellos aspirantes al Ejecutivo que prometían “mano dura” hacia la delincuencia y el crimen organizado.
Noboa no estaba entre ellos. El gran impulso a su aspiración llegó luego del debate presidencial televisado el domingo 13 de agosto, cuando se mostró aplomado y habló con seguridad, lo cual fue uno de los factores que lo catapultó.
Rafael Correa, gobernante de 2007 a 2017, afirmó que ahora son dos modelos a enfrentarse en las urnas: el empresarial, que promueveel aspirante por la mencionada alianza, frente al popular y ciudadano, de González.
El candidato de ADN, hijo del magnate Álvaro Noboa, quien se postuló sin éxito cinco veces a la presidencia, se enfoca en ofrecer una imagen de renovación política y juventud, aunque su programa de gobierno simboliza la continuidad de la derecha en el país, señalaron analistas.
Sostuvo el exmandatario que su seguidora busca la igualdad y el progreso social, como el que hubo en la llamada Década Ganada, o sea, cuando él dirigió la nación.
Como en la contienda de 2021, esta vez se disputan el favor del electorado un representante del correísmo,de un lado, y,de otro, la élite económica y empresarial.
Hace dos años la batalla la ganó el banquero Guillermo Lasso frente al ahora compañero de fórmula de González, Andrés Arauz, pero tanto el país como dicha corriente política estaban en momentos muy diferentes al actual.
De manera que la suerte de la RC no está echada ni el triunfo del joven millonario es un hecho consumado. De aquí al 15 de octubre mucha agua caerá y el clima electoral puede variar.
Cualquiera de los dos que llegue al Palacio de Carondelet podrá gobernar solo 18 meses, un tiempo aparentemente corto para los retos que tiene por delante un Ecuador sumido en la mayor crisis de seguridad de su historia.
(Tomado de Orbe)