Las medidas, tomadas en su mayoría por países integrantes de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), imponen sanciones comerciales y financieras contra Níger, además de amenazar con una posible intervención militar, si no es liberado y repuesto en su cargo el ex presidente Mohamed Bazoum.
Tal situación –denuncian las ONG- interrumpió la asistencia humanitaria que necesitan 4,3 millones de nigerinos.
En consecuencia, reservas de suministros vitales como ayudas nutricionales o suministros médicos están retenidas en las fronteras, y estos retrasos pueden resultar catastróficos, añaden.
Hasta el momento, la junta militar en Niamey ha rechazado tales amenazas y nombró un nuevo primer ministro para formar un gobierno transitorio.
Una junta militar denominada Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria anunció el pasado día 26 de julio, a través de la televisión estatal, la destitución del presidente Mohamed Bazoum, la suspensión de las instituciones, el cierre de las fronteras y un toque de queda nocturno.
Níger es una de las naciones más pobres del mundo que sufre los efectos del cambio climático y una crisis alimentaria que afecta a millones de personas.
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