De acuerdo con el mandatario, la última operación de este tipo se cumplió el 25 de agosto en en la penitenciaría del Litoral, en la ciudad de Guayaqujl; y La Roca, también en la provincia de Guayas.
Según informes policiales, durante la acción en la cárcel del Litoral, además de armas, municiones y drogas, las autoridades encontraron una piscina de tilapias de exportación y una granja de pollos.
En ese reclusorio ocurrieron los más recientes enfrentamientos entre reos, el 22 y 23 de julio pasado, y que dejaron un saldo de al menos 31 presos asesinados.
El nuevo episodio de violencia derivó en la renuncia del titular del Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de Libertad (SNAI), Guillermo Rodríguez, quien alegó motivos estrictamente personales y familiares para su salida.
Los disturbios en El Litoral se extendieron a otras penitenciarías del país y también a las calles, principalmente de las ciudades de Guayaquil y Esmeraldas.
En ese contexto, Lasso decretó, una vez más, estado de excepción en algunos territorios y también en el sistema carcelario del país por 60 días para facilitar la intervención y participación de las Fuerzas Armadas y la Policía, en coordinación con el SNAI, en las prisiones de la nación andina.
Desde 2020, las cárceles ecuatorianas son escenario de disturbios, en los cuales han muerto más de 450 privados de libertad, un hecho que el Gobierno atribuye a los enfrentamientos entre bandas rivales que disputan el control de los centros de privación de libertad.
Para el excomandante de la Policía Nacional Ramiro Mantilla la dinámica de los últimos dos gobiernos, de Lenín Moreno y Guillermo Lasso, evidencia la falta de una política penitenciaria.
No se cambió el modelo de gestión y la gobernanza criminal es superior a la presencia del Estado en los centros carcelarios, señaló Mantilla en una entrevista a la emisora local Radio Pichincha.
El agente en servicio pasivo comentó que, como otros ecuatorianos, esperan el fin de este Gobierno y que el próximo Ejecutivo tome las riendas de este sector, aunque lamentó que los candidatos no hablen de prevención social o comunitaria como forma de frenar el delito y delincuencia.
Actualmente, la principal preocupación de los ecuatorianos es la inseguridad y los hechos de violencia que no sólo se dan dentro de las cárceles, sino también en las calles.
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