Ahora, las visitas se realizarán sólo una vez cada dos meses, lo cual duplica el tiempo de espera y afectará a unos mil 600 de los casi cinco mil reclusos palestinos, señaló el periódico.
Ben Gvir adoptó la nueva política, que comenzará el próximo domingo, sin consultar a los estamentos de seguridad y con la oposición de la directora del Servicio Penitenciario, Cathy Perry, subrayó el rotativo.
Según la publicación, Perry le advirtió al ministro sobre las consecuencias de esa decisión.
Un cambio en las condiciones de encarcelamiento de los prisioneros de seguridad, quienes tienen influencia en las calles palestinas, es una cuestión explosiva y delicada, apuntó.
También la Cruz Roja expresó su firme oposición e incluso amenazó con recurrir a los tribunales internacionales si se perjudicaban las condiciones de los prisioneros, indicó Yedioth Ahronoth.
Destacó que esta semana Ben Gvir anunció otra medida unilateral: la cancelación del mecanismo de liberación administrativa para los presos de seguridad debido al hacinamiento en las instalaciones penitenciarias.
Hace unos días el funcionario provocó una ola de críticas en el país e internacionales por sus comentarios racistas.
“Mi derecho, el derecho de mi esposa y de mis hijos a circular por las carreteras de Cisjordania (territorio ocupado) es más importante que el derecho a la libertad de circulación de los árabes; ésta es la realidad, esta es la verdad. Mi derecho a la vida precede a su derecho a la libertad de movimiento”, subrayó durante una entrevista. Acusado más de 50 veces y condenado ocho por disturbios, vandalismo e incitación al racismo, el político de extrema derecha cuenta con una larga lista de acciones provocativas contra los palestinos.
Antes de ocupar su actual cargo, el pasado año instaló varias veces una oficina en el barrio palestino de Sheikh Jarrah, en Jerusalén Este, lo cual desató enfrentamientos tras las protestas de los residentes.
Ya como ministro, en enero último, recorrió con una amplia escolta policial la jerosolimitana Explanada de las Mezquitas, una acción muy criticada por los palestinos, que consideraron la visita como una provocación.
En junio, el gobierno palestino calificó de aberrantes y genocidas sus llamados a lanzar una operación militar a gran escala en Cisjordania para “matar a miles de terroristas”
Antes de convertirse en parlamentario, durante años mantuvo en la sala de su casa una foto de Baruch Goldstein, quien asesinó a 29 palestinos en la Cueva de los Patriarcas en 1994.
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