Por Daimarelys Pérez
De la redacción de Cultura de Prensa Latina
Ella fue revolucionaria frente a la industria musical en todos los aspectos, pero puede considerarse una ofensa a su memoria pasar por alto sus peculiares formas de pelarse y vestirse.
O’Connor llegó a ser amada por muchos y criticada por otros, pero afeitarse la cabeza le permitía a la cantante irlandesa existir fuera de normas prescritas.
Según una entrevista concedida en 2021 a la BBC, nunca pretendió ser una estrella del pop, solo era una cantante protesta.
La historia sin cabellos para otros, como en el antiguo Egipto, significaba promover la limpieza, sin embargo, las mujeres llevan mucho tiempo afeitándose la cabeza para protestar contra la injusticia social y como signo de inconformidad.
Otra señal de su crítica social fue cuando en agosto de 1990, iba a dar un concierto en el entonces Garden State Arts Center en Holmdel, Nueva Jersey, recinto donde antes de cualquier evento era normal reproducir una grabación del himno nacional de Estados Unidos.
¿Pero qué pasó?, la cantante se negó a cantar al alegar que su política era no tocar el himno nacional de cualquier país antes de sus conciertos, pues consideraba solamente hacerlo en las guerras.
En aquel acontecimiento precisó que no iba a ir al escenario y añadió “después del himno nacional de un país que impone la censura sobre los artistas. Es hipócrita y racista”.
LA OTRA ENFERMEDAD DE SINÉAD O’CONNOR
Su vida estuvo marcada por traumas en la niñez y arresto por robo en la adolescencia, pero, además de tener esos problemas de salud mental, estaba afectada por una enfermedad llamada fibromialgia.
El mal incurable produce dolores musculares, óseos y de articulaciones sin razón aparente y le impedía en algunos casos desarrollar sus actividades normales.
Por lo general, esa enfermedad va acompañada por problemas para conciliar el sueño, estrés, mal humor y otros síntomas, pero el más perjudicial es la rigidez muscular y el dolor.
A inicios de la década de los años 2000, la artista decidió tomarse unos años libres de la música para dedicarse a cuidar a sus hijos, ya que el malestar en ese entonces era muy grande.
De igual manera, en 2003 fue diagnosticada con trastorno bipolar, con varios años de lucha contra los problemas mentales que la dominaban, incluso, peligrosos para su vida.
Con todo ese borrascoso panorama, Sinéad O’Connor pergeñaba proyectos que la tenían feliz y esperanzada.
EL ÁLBUM Y LA PELÍCULA QUE NO PUDIERON LLEGAR
La noticia de la muerte de Sinéad O’Connor sorprendió al mundo entero y pocos saben que antes de su partida, se encontraba en los toques finales de su próximo álbum,y preparaba, además, la gira para presentar ese disco.
La estrella era más que canción protesta. Pese a su imagen aparentemente estática que llevaba a la escena, su rostro triste, era espectáculo en toda su dimensión, debido a su dulce voz y potente timbre, por lo que sin rendirse frente a sus turbulentas contrariedades, esperaba llevar a la gran pantalla una película biográfica.
Estaba terminando su último álbum, revisaba las fechas para el tour de 2024 y consideraba las oportunidades para hacer una adaptación fílmica de su libro Rememberings, señalaron sus representantes Kenneth y Carl Papenfus, en el sitio oficial de su agencia 67 Gestion.
Maravillosos planes estaban en desarrollo en el momento de su partida, añadieron.
En sus últimos momentos estaba en negociaciones para la filmación de la cinta acerca de su vida y carrera, y, según algunos diarios, como el británico The Sun, quería que la actriz estadounidense Demi Moore interpretara su biopic.
La famosa intérprete de “Nothing compares 2 U” -balada que subió al primer lugar en muchos países manteniéndose en ese puesto durante semanas y meses- se encontraba escogiendo a quién iba a encarnar su persona, sin embargo, Moore era la ideal para la irlandesa, proyecto lamentablemente trunco.
arc/dpm