El subcomisionado de la isla, Everton Jeffers, dijo que las pistolas son predominantemente pequeñas de calibre nueve milímetros.
“No existe una manera fácil de rastrearlos. No hay números y puedes comprar diferentes piezas para ensamblar estas armas de fuego”, dijo y agregó que con herramientas básicas como un taladro y un destornillador, receptores, cañones y mecanismos de disparo, la gente puede construir pistolas que funcionen siguiendo tutoriales en línea.
Explicó que un desafío importante para las agencias policiales es identificar e interceptar los componentes que componen estas armas caseras.
«Si no lo conoces, puedes ver una parte de un arma fantasma y ni siquiera reconocer que estás tratando con una», manifestó.
Declaró que los datos indican que la mayoría de estas piezas y armas provienen de Estados Unidos, Venezuela y Colombia.
El subcomisionado también aseguró que la proliferación de armas fantasma está directamente relacionada con el tráfico de drogas, que sigue siendo un problema importante en la región.
«Somos un país pequeño, no fabricamos armas de fuego, pero en lo que va del año ya hemos incautado 35 armas de fuego y 146 cartuchos de munición», añadió.
Antigua y Barbuda es el segundo país de la Comunidad del Caribe (Caricom) que ha anunciado públicamente el descubrimiento de estas pistolas, luego de que en Trinidad y Tobago se detuvieran a dos personas relacionadas con equipos de fabricación domésticos, incluida la impresión 3D.
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