La Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA, por sus siglas en inglés) destacó en un comunicado que las armas fueron construidas hace unos mil 900 años y que posiblemente fueron escondidas por rebeldes judíos en una zona de acantilados aislados e inaccesibles.
Encontrar una espada como esta es raro, pero cuatro es un sueño hecho realidad, señalaron los investigadores, citados por el texto.
Dirigida por Asaf Gayer, de la Universidad de Ariel, y el geólogo Boaz Langford, del Instituto de Ciencias de la Tierra, la expedición a la cueva inicialmente planeó tomar imágenes multiespectrales de inscripciones hebreas escritas con tinta encontradas hace cinco décadas en una estalactita.
Sin embargo, luego se topó con una cámara oculta donde también descubrieron piezas de madera procesada y correas de cuero, que eran parte de vainas para las espadas.
Tres de ellas están casi intactas con sus hojas aún ocultas y empuñadoras de hierro y madera, precisó la IAA. Estas son llamadas spatha por su longitud de 60 a 65 centímetros.
La cuarta es más pequeña, de unos 45 centímetros, y tiene el pomo anular, detalló el informe.
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