Al amanecer, el eje Al-Baraksat, en el barrio de Al-Taware, fue testigo de una escalada entre elementos de grupos armados de Fatah, Jund al-Sham y los restos de Fatah al-Islam, divulgaron medios locales.
De acuerdo con el canal panárabe Al-Mayadeen, el sonido de las balas de ametralladoras y de granadas propulsadas por cohetes se escuchó en la mayoría de las zonas de la sureña ciudad de Saida.
En este contexto, el Comité de Acción Conjunta Palestino enfatizó en la necesidad de establecer inmediatamente un alto el fuego en el campamento y permitir que la Autoridad en la zona asuma su papel para garantizar la seguridad y la estabilidad.
Al mismo tiempo, la oficina de medios de Fatah llamó a todos a ser precisos en la transmisión de noticias, al considerar que el liderazgo del movimiento y el resto de los grupos palestinos están comprometidos en entregar los buscados al poder judicial libanés.
Por su parte, el portavoz de Hamas, Jihad Taha, confirmó la celebración de una serie de reuniones y contactos con todas las partes para materializar el cese al fuego e implementar lo acordado.
El funcionario lamentó la escena del desplazamiento palestino de Ein al-Hilweh, lo que expresa la disposición de Hamas de trabajar para proteger la seguridad de los campamentos y no permitir que ninguna de las partes la manipule.
Taha destacó el compromiso con la relación libanés-palestina y la firmeza ante cualquier intento de alterar la seguridad en los asentamientos palestinos.
La Agencia Nacional de Medios informó que 20 civiles resultaron heridos por la noche, incluida una persona mayor.
Anoche estallaron nuevos enfrentamientos en Ein al-Hilweh que provocaron varias lesiones y daños materiales a casas y automóviles.
Como consecuencia de este hecho, las partes en conflicto acordaron un alto el fuego en el campamento, pero se registraron varias violaciones, precisaron los reportes.
El 29 de julio, Ein al-Hilweh fue testigo de violentos combates entre el movimiento Fatah y grupos extremistas, después de una operación de asesinato dirigida a un funcionario de una de las organizaciones, llamado Abu Qatada.
Los enfrentamientos aumentaron en la zona de refugiados tras el fallecimiento del comandante de las Fuerzas de Seguridad Nacional Palestinas en Saida, Abu Ashraf Al-Armushi, y cuatro de sus compañeros.
Según informes de entidades de las Naciones Unidas, el conflicto provocó al menos 13 muertos, la mayoría militantes; además del desplazamiento de más de 20 mil personas, entre ellas 12 mil niños.
El campamento de Ein al-Hilweh es el más grande de los 12 asentamientos de palestinos en Líbano con alrededor de 80 mil ciudadanos, de un total de 250 mil por toda la nación.
lam/yma
