El Consejo de Seguridad Nacional publicó el martes el documento rector, que sale a la luz más de seis meses después de que seguidores del entonces presidente Donald Trump atacaron el Capitolio de Estados Unidos.
Según el texto, el gobierno mejorará sus procesos de análisis sobre este tema, y trabajará con empresas de alta tecnología para eliminar el contenido extremista en línea, para combatir este flagelo.
Al referirse a este nuevo programa, el presidente Biden, en medio de su gira europea, señaló en un comunicado que ‘el terrorismo doméstico, impulsado por el odio, la intolerancia y otras formas de extremismo, plantea un desafío directo a nuestra seguridad nacional, democracia y unidad’.
Según un informe reciente de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, los extremistas violentos domésticos representaron una mayor amenaza en 2021, y los grupos supremacistas blancos y las milicias antigubernamentales constituyeron el mayor riesgo en el período.
Funcionarios de la administración dijeron que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) alista un nuevo sistema para ‘rastrear metódicamente’ estos casos en todo el país.
El Departamento de Justicia valora si sería factible recomendar al Congreso que apruebe una ley de terrorismo nacional, que actualmente no existe, pero quienes se oponen a esas medidas dicen que los fiscales ya tienen suficientes herramientas, destaca este martes la agencia Associated Press (AP).
Entre las disposiciones del nuevo plan del gobierno se incluye un programa para identificar a los empleados federales que puedan representar una amenaza incluso en las fuerzas del orden y el ejército.
Un alto funcionario de la administración, citado por la agencia AP, dijo bajo condición del anonimato, que la Oficina de Gestión de Personal actualiza los formularios para mejorar la selección y la investigación de antecedentes de los empleados del gobierno antes de que se les asigne funciones delicadas.
La revelación de esta nuevo plan contra el terrorismo doméstico tiene lugar pocos días después de que un informe del Senado estadounidense reveló graves insuficiencias de las fuerzas del orden y los servicios de inteligencia para enfrentar el ataque al Capitolio que provocó cinco muertos y decenas de heridos el 6 de enero de este año.
Más de 440 personas están acusadas en relación con los disturbios del Capitolio, en los que multitudes de partidarios del expresidente Donald Trump ingresaron al recinto federal en un intento fallido por evitar que el Congreso avalara el triunfo del candidato demócrata y actual presidente, Joe Biden.
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