Durante una entrevista concedida a la televisora GloboNews, el científico aclara que el segundo desencademiento del mal en la división territorial, ubicada en el nordeste del país, no fue responsable del colapso registrado en enero.
Ferrante, biólogo del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia, forma parte de un grupo de estudiosos que predijo en 2020 la catástrofe sanitaria en esa región por la Covid, dolencia causa por el virus SARS-CoV-2.
Recomienda dos formas de prevenir la tercera ola: el bloqueo total en Manaus, capital del estado, con el 90 por ciento de la población aislada y la vacunación masiva con una cobertura de hasta el 70 por ciento de los habitantes de toda esa zona.
El estado sufrió la falta de oxígeno en los hospitales. Hasta la fecha, cerca de 10 mil personas murieron en Amazonas por el patógeno.
Para Ferrante, la nueva cepa (llamada P.1) se generó por la mayor circulación de personas durante las fiestas de fin de año y por la vuelta a las clases presenciales, que también aumentó el movimiento.
Amazonas fue el primer estado del país en propiciar el retorno a las aulas en 2020.
‘Ya estamos midiendo que este P.1 se convierte en predominante ahora en marzo y hasta mayo debemos tener una tercera ola, la cual, a diferencia de las otras, será constante, y debemos tener un grado de mortalidad en Manaus mucho más alto que los meses del año pasado’, asevera el científico.
El investigador señala que, aun así, la variante detectada es más transmisible que la otra, la cual circulaba en el estado y tiene un gran potencial para nuevas mutaciones, ‘y entonces podemos tener una cepa resistente a la vacuna’.
Por lo tanto, recomienda, una acción de emergencia en Manaus. ‘Lo primero, que cierre los aeropuertos y el transporte interestadual, porque esta variante está escapando a los otros estados y el país’, apunta.
De acuerdo con Ferrante, el colapso al que se enfrenta Amazonas podría extenderse a otras regiones brasileñas si no se adoptan medidas de aislamiento más estrictas a nivel nacional.
‘Es probable que Brasil experimente una crisis mucho mayor que la vista en 2020 si no se hace nada en este momento. Estamos perdiendo el tiempo de respuesta’, remarca el especialista.
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