Mediante una declaración, consideró que el foro en la capital cubana constituye un acontecimiento histórico e importante hacia la transición de un nuevo orden mundial basado en la multipolaridad.
De acuerdo con el texto, la importancia de la cita radica en que acontece en Cuba después de más de seis décadas de bloqueo brutal y la continuación de duras sanciones estadounidenses.
El Congreso apuntó que la participación de más de 100 países representa un triunfo contundente de Cuba a nivel diplomático y político, sobre todo después de los intentos fracasados de someter a la revolución.
Al mismo tiempo, destacó la asistencia del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, que constituye un elemento importante para romper el cerco diplomático.
Igualmente, significó el ascenso de América Latina en el camino hacia la liberación de toda hegemonía estadounidense, representada en La Habana por la presencia de los presidentes de Brasil, Venezuela, Argentina y Colombia.
También, agregó que el foro encarna el regreso de África, levantándose de nuevo para completar su independencia y liberación del colonialismo occidental y del racismo.
El documento enfatizó que la Cumbre del G77 y China constituye una continuación del proceso del Movimiento de Países No Alineados, en cuyo lanzamiento los líderes de liberación árabe, como el presidente Gamal Abdel Nasser, desempeñaron un papel esencial contra la sumisión a la voluntad colonial.
La celebración de la reunión supone también una victoria para el espíritu revolucionario de América Latina, cuya bandera levantaron grandes figuras como Fidel Castro y Hugo Chávez, sin olvidar al eterno guerrillero Ernesto Che Guevara inspirador de todos los movimientos revolucionarios del mundo, subrayó.
En esta línea de pensamiento, el Congreso señaló que la participación de países conocidos por sus estrechas relaciones con Washington representa otro mensaje sobre las condiciones cambiantes en muchos Estados cuyos líderes apuestan por un equilibrio en las relaciones internacionales y la independencia política.
La agrupación de cientos de intelectuales y activistas fundada en 1990, abogó por una cumbre a favor de todos los movimientos de liberación, independencia y resistencia en el mundo contra el colonialismo y la hegemonía.
En este sentido, deseó que el evento lance una campaña global para romper el asedio impuesto a muchos pueblos, en especial en la región árabe, a Siria, Líbano, Yemen y otros.
Llamó a establecer fondos especiales para la reconstrucción de los países en desarrollo afectados, ya sea por desastres naturales como es el caso de Marruecos y Libia, o por guerras devastadoras en otras naciones.
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