Durante el segundo día del debate general del foro, el ministro de Asuntos Extranjeros, de la Francofonía y de los Congoleses en el Extranjero de la República del Congo, Jean-Claude Gakosso, subrayó la importancia de un nuevo orden mundial más equilibrado y justo.
Las desigualdades e injusticias del mundo actual son insoportables para todos los pueblos, dijo y añadió que ante el desafío del bajo nivel de financiamiento para los países del Sur Global, el G77 debe impulsar aun más la cooperación Sur-Sur.
En particular se refirió al sector de la ciencia, la tecnología y la innovación, que es pilar esencial del desarrollo y el crecimiento endógeno.
El ministro condenó el bloqueo económico de Estados Unidos contra la isla y todas las medidas coercitivas a las que es sometido el pueblo cubano sin ninguna justificación y en flagrante violación del derecho internacional.
Llamó a la presidencia de Estados Unidos a desterrar este vestigio de la Guerra Fría y a normalizar su relación con Cuba, un reclamo que por años hace la comunidad internacional, remarcó.
Patentizó la solidaridad fraterna de su país hacia el pueblo cubano, por quien los congoleños sienten admiración y cariño.
Cuba legará para la posteridad una lección admirable de valor, resiliencia y fidelidad, dijo.
La comunidad internacional, las Naciones Unidas y las instituciones financieras internacionales deben fortalecer el apoyo para el Sur Global, consideró por su parte el ministro de Relaciones Exteriores de Malasia, Dato’ Seri Diraja Dr. Zambry Abd Kadir.
En su discurso significó que las naciones en desarrollo precisan no solo financiamiento, sino también transferencias tecnológicas, ayudas técnicas y, sobre todo, la creación de capacidades y recursos humanos para hacer frente a las necesidades del escenario moderno.
Subrayó la importancia de zanjar la división digital, pues todas las naciones necesitan el acceso a las tecnologías y las oportunidades que surgen debido a ellas, de forma que se puedan beneficiar de su potencial socioeconómico.
Ambos diplomáticos enfatizaron en la responsabilidad de los países desarrollados para que el mundo pueda avanzar en los objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas sin dejar a nadie atrás.
Coincidieron, además, en la fuerza que tiene el Grupo de los 77 y China, y en la necesidad de continuar trabajando por una mayor solidaridad, soluciones audaces y concretar en acciones las ideas propuestas.
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